
ska
El ska nace en Kingston, la capital de Jamaica, finalizando la década de 1950, en un momento en que la población empieza a afluir del medio rural al urbano. En las ciudades los habitantes se congregaban en plazas donde las sound systems pinchaban las últimas novedades estadounidenses de jazz, soul y, sobre todo, rhythm & blues. En un principio se trataba de furgonetas con un ruidoso y primitivo equipo de sonido. Las dos principales fueron Trojan de Duke Reid y Sir Coxsone Downbeat, de Clement «Coxsone» Dodd, a los que más tarde se les uniría Cecil Bustamante, conocido como Prince Buster. Las sound systems no tenían otro remedio que pinchar música de Estados Unidos, puesto que la industria musical jamaiquina era inexistente. Salvando algunas cintas de mento de Stanley Motta, hasta 1954 no aparece el primer sello musical, Federal, que, además, está orientado hacia la música estadounidense. Sus propietarios se desplazaban a Miami o Nueva Orleans en busca de material nuevo con el que satisfacer la gran demanda musical que había en la isla. Para gozar de exclusividad sobre las grabaciones y mantener la exclusividad sobre la clientela, se recurría a trucos como quitar la etiqueta de los discos para que no fueran identificables, o enviar matones (Dance Crashers) a los sound system de la competencia para boicotearlos.
Tapiz con algunos de los simbolos típicos del 2 Tone (2ª Ola) y Tercera Ola del Ska (cuadros blancos y negros,...)
El catalizador que inició la carrera musical jamaicana, fue el futuro primer ministro Edward Seaga que en 1958 funda West Indian Records Limited, produciendo música de artistas locales, reinterpretando ritmos estadounidenses. Ese mismo año, Chris Blackwell produce una grabación del aún desconocido Laurel Aitken. Un año después, Duke Reid y Clement Coxsone, viendo la posibilidad de tener grabaciones exclusivas para sus sound systems, fundan sus propios sellos, Treasure Isle y Studio One, respectivamente
Tapiz con algunos de los simbolos típicos del 2 Tone (2ª Ola) y Tercera Ola del Ska (cuadros blancos y negros,...)
El catalizador que inició la carrera musical jamaicana, fue el futuro primer ministro Edward Seaga que en 1958 funda West Indian Records Limited, produciendo música de artistas locales, reinterpretando ritmos estadounidenses. Ese mismo año, Chris Blackwell produce una grabación del aún desconocido Laurel Aitken. Un año después, Duke Reid y Clement Coxsone, viendo la posibilidad de tener grabaciones exclusivas para sus sound systems, fundan sus propios sellos, Treasure Isle y Studio One, respectivamente
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